¡¿El zumo de naranja es malo?!
Depende cómo se haya preparado, el zumo de naranja puede ser más bueno o más malo. Pero siempre será peor que comer el fruto como aquí explicamos:

El peor de los zumos: el envasado o en tetrabrick
Normalmente este tipo de zumos preparados se asemejan más a un refresco con sabor a naranja que al jugo de una naranja natural.
En ellos, la proporción de azúcar es muy elevada, se trata de azúcar añadido y por mucho que nos vendan que son enriquecidos con vitamina C o antioxidantes, al ser alimentos procesados, no son todo lo saludables que esperábamos.
Estos tipos de alimentos tratados industrialmente destacan por su alto contenido en azúcar, pero también por los saborizantes, colorantes y otros compuestos artificiales que permiten conservarlos durante meses o incluso años. Al estar tan alterados pierden los nutrientes naturales.

El zumo de naranja natural ‘exprimido’ que encontramos en bares, cafeterías o supermercados
Mejor que el zumo envasado.
Al no estar sintetizado en un laboratorio este se asemeja más al jugo natural.
Un zumo de naranja incluido en el menú del desayuno de una cafetería o bar nos aporta mayor cantidad de Vitamina C, antioxidantes, hierro y otros contenidos nutricionales buenos para la salud. Por lo tanto es mejor que un zumo de tetrabrick que solo aporta sabor. Ahora bien, la cantidad de azúcar sigue siendo preocupante.
Un ingrediente estrella en el zumo de bar o cafetería…
Según un estudio de la Universidad de Valencia que consistió en analizar alrededor de 200 muestras de zumo naranja elaboradas en locales de restauración. Los resultados revelaron que un 43% de las muestras superaban el nivel de contaminación microbiana establecido por la legislación. La causa de esto es la falta de limpieza de la corteza del fruto, exprimidores y jarras.

El zumo de naranja ‘recién exprimido’ por nosotros mismos, en casa
Sí pero no…
Si somos nosotros mismos los que exprimimos el cítrico, podemos atender a cuestiones tales como:
- Podemos elegir el producto, por ejemplo mejor una naranja valenciana que una marroquí o americana. Un producto de proximidad puede madurarse al sol por lo que es más sabroso y de mayor calidad.
- Tenemos la garantía de que el alimento no ha sido tratado previamente con sustancias artificiales, a no ser que seamos nosotros los que ponemos un poco de azúcar o sacarina.
- Podemos controlar la higiene: limpiando la corteza del cítrico y manteniendo un nivel de limpieza óptimo en la cocina.
- Sabemos el tiempo que lleva preparado: Aunque es falso que el zumo pierde la vitamina si no se bebe inmediatamente, sí que es verdad que con el paso del tiempo se oxida, pierde propiedades y cambia su sabor.
El zumo siempre en jarras de cristal
Si comparamos el zumo depositado en una jarra o vaso de cristal con el depositado en un recipiente de acero inoxidable, la parecencia de bacterias se reduce del 22% al 2%.
El zumo sigue teniendo muchísimo azúcar (no azúcar añadido pero sí en forma de… ‘subidón’) y no forma parte de la dieta mediterránea
Pero eso no quiere decir que sea malo para la salud. Pero, si buscamos un producto plenamente saludable, que nos aporte el mayor número de nutrientes y que no engorde:

Cómete la naranja entera. Comer naranja es mejor que beber su jugo
La absorción de azúcar es más lenta gracias a la fibra.
La fibra de la naranja que se dispone, sobretodo, en la pulpa y entrecorteza (también en la corteza que no comemos), permite una absorción lenta del azúcar. Entre otras propiedades que explicamos a continuación.
Sin contar que comer el fruto sacia más que beber su jugo. Para preparar un buen zumo necesitas 2 o 3 naranjas, según su tamaño, por lo que tomarás el doble o el triple de azúcar consumiendo una proporción mucho menor de fibra que si lo comparamos en comer una naranja.
Por lo tanto, comer naranja es más saludable que beber su jugo. En la dieta mediterránea las frutas se comen, no se beben.
La naranja y sus beneficios
Por si no tienes claro todos los beneficios de la naranja, aquí hacemos un breve repaso:
- Alto contenido en Vitamina C. Aunque no forma parte de los alimentos con mayor contenido en Vitamina C, un zumo de naranja puede aportar la mitad de vitamina C diaria necesaria. Esto nos aporta energía, cuidado del sistema inmunológico y protección celular frente la oxidación… Lo que conocemos como «aumenta nuestras defensas».
- Además de la Vitamina C, nos aporta vitaminas del grupo B y vitamina A.
- La fibra soluble que mejora la flora intestinal, combate el cáncer de colon y regula el nivel de azúcar en sangre.
- El ácido cítrico favorece la absorción del calcio.
- El folato ayuda a reducir el cansancio.
- El potasio protege los músculos y ayuda a mantener una presión arterial correcta.
- Además de yodo, magnesio, zinc, sodio, fósforo y selenio.
- La ingesta de naranjas ayuda a que se asimile mejor las propiedades nutricionales de otros alimentos. Por ejemplo, ayuda a asimilar el hierro.
- Y es una buena fuente de hidratación.
Y por último remarcar que las naranjas no curan el resfriado pero sí ayudan a reforzar nuestro sistema inmunológico o dicho de otro modo: comiendo naranjas y llevando una alimentación correcta, se disminuye el riesgo de padecer una gripe o resfriado.